CUANDO EL CORAZON FALLA

Haciendo mi trabajo de tesis para graduarme como medico internista, me topé con la realidad de la enfermedad cardiaca isquémica en nuestro país, y me causó asombro observar a lo largo de mi formación, como hemos iniciado un proceso de transición epidemiológica, que nos ha conducido a una epidemia de enfermedades cardiovasculares derivadas del aumento de la diabetes mellitus y la hipertensión arterial, y desafortunadamente los mismos viejos problemas infecciosos típicos de un país en desarrollo.

En efecto, la prevalencia de parasitosis en nuestro medio puede ser tan alta como en los escolares de Puno que llega al 80%, o menor como en colegios de Surco, donde llega al 50%. Y como todos saben, la parasitosis intestinal causa alteraciones del aprendizaje y problemas del desarrollo.

Y aunque no lo crean la prevalencia de diabetes mellitus cada vez es mayor, siendo cerca del 7 a 10%, es decir, uno de cada 10 peruanos tiene diabetes y no lo sabe, igualmente la hipertensión emerge como un nuevo problema de salud pública.

NO es un panorama alentador pues los escasos recursos que el Estado brinda para programas de prevención cardiovascular y de tratamiento son insuficientes y mal gestionados.

Y así, asistimos a un aumento de casos de infartos de miocardio, o como la gente popularmente dice: "sufre del corazón", "tuvo un pre-infarto", "el bobo no funciona", etc.

Así, un hombre trabajador, estresado, que sale todos los días a pescar al mar, a sus 60 años, sin seguro social, sin hijos que le apoyen, y responsable de su anciana esposa y algún nieto, con hipertensión "emotiva", llega a emergencia con dolor de pecho y falta de aire...le tomamos el electrocardiograma y ¡zas! un infarto de miocardio en sus inicios. Hay que llevarlo a la Unidad de Trauma Shock! Lo llevamos, ¡Pongale monitor!, Vemos como las ondas del monitor revelan que su corazón está sufriendo, no es dificil entender que lo que sucede es que en ese momento una arteria se obstruyó, una arteria que nutre el corazón, si sigue obstruida, el corazón morirá y luego el paciente. Ya, donde estan los familiares? Señora, traiga inmediatamente esta medicina, ¡puede salvar a su esposo!. Señor no tengo dinero, el tiene SIS...¿? Señora no podemos perder tiempo, bueno vaya donde la asistenta a que le den el Seguro. Doctor, no le pueden prestar la medicina? NO señito, acá no se pude hacer eso, está prohibido, (primero son los papeles y luego el paciente para el gobierno inhumano),. Mientras va a conseguir los papeles y hacer su cola, nos prestamos las demás medicinas, pero la más importante, el trombolítico, o la sustancia que puede romper la obstrucción de la arteria del corazón, no la tenemos... pasan los minutos, como diría el Dr. Medina: "en un infarto, el tiempo son miocitos", o " mientras más demoras en darle el tratamiento, más corazón se muere". Pero, estos conceptos tan adelantados para nuestra época, tal vez no conozcan los grandes diseñadores de los seguros inconclusos y burrocratizados. Señora, ¿que paso? Doctor no traje su DNI! ¡no me quieren dar!... ¿? Es inútil molestarse, Me presto el medicamento con mi carné de identificación. Aplicamos la medicina, y empieza a mejorar lentamente, como nos demoramos posiblemente no será total, pero algo es algo, o no? Sin embargo, la paciente no regulariza su Seguro, y luego me llaman de Farmacia, que devuelva la medicina, le explico lo sucedido, y me piden un informe al Jefe de Farmacia, y no me devuelven mi carné. Así es,  un hospital del estado peruano, que más parece de zona de guerra, de desprecio por la vida, de estupidez sistemática, y de funcionarios corruptos, conformistas, inservibles ni para supervisar el buen trabajo de los empleados.

Ah! pero no saben, la otra vez llegó un caso parecido, y la familia si tenia el Seguro activo, entonces le dimos la receta para que traiga las medicinas y el trombolítico, ni se imaginan, en farmacia le dijeron que se había acabado! vino llorando el familiar porque al frente en la calle, ese medicamento cuesta entre 800 y 1000 soles, y obvio que no tiene. Vamos a ver a farmacia con el Jefe de Guardia, y por suerte que conocemos el medicamento, ¡ahí estaba! La empleada de farmacia no se tomó la molestia de levantarse de su silla para buscar un medicamento tan importante para la vida de un paciente, o no quiso darle? no sabemos, pero si merecía una sanción severa y una advertencia de repetirse su falta de diligencia (verdadera negligencia), ser votada del trabajo, ¡así votamos a la mitad de los empleados del MINSA!

Cuando el corazón falla, reza porque tu familiar traiga tu DNI; porque haya la medicina, porque un buen médico se de cuenta, y finalmente porque no quedes con secuelas si sobrevives. Y si no como la canción de los Yaipén, tedrás que irte ....a llorar a otra parte.

PD. ¿Siguen pensando que los médicos tienen la culpa de todo? en realidad si, de ahuesarnos y no pelearnos con los burrócratas, pero cuantos peruanos son más conformistas todavía?

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