ABORTO, GIANNA BERETTA Y EL MISTERIO DE LA VIDA

Hace poco me invitaron en la Feria del Libro, para dar unas palabras de introducción en un panel con motivo de la presentación de la traducción al español de la biografía de una santa italiana llamada Gianna Beretta. Me sentí emocionado, por la invitación y me puse a leer con ansiedad el libro que iba a presentar. Fue así que descubrí la vida de una santa católica cuya vida fue nada ordinaria, y quien tomó una decisión que vale la pena analizar con motivo del aborto.

El caso en cuestión es el siguiente, y dejo al amable lector a considerar los alcances y ponerse en los zapatos de Gianna Beretta:

Gianna, una mujer con tres hijos, médico pediatra de profesión, muy reconocida en su consulta, casada con un ingeniero exitoso, queda embarazada de su cuarto hijo. Hasta ahí todo bien.

Posteriormente, a los 2 meses de gestación, empieza unos dolores abdominales intensos, y una masa emerge al examen físico. Se diagnostica un tumor de utero, de continuar creciendo puede comprometer seriamente al niño en formación, y poner en grave riesgo a la madre. El niño muere si el tumor sigue creciendo. Hay que operar ¿Qué puede pasar?

a. Se opera de inmediato, sacan el útero, muere el niño en formación, y la madre se salva sin el niño. Fin del peligro para la madre, pero con la pérdida del niño.
b. Se opera solo el tumor con riesgo de que se complique la cirugía y mueran el niño o la madre o ambos
c. Se opera solo el tumor, se salva el niño, pero al momento del parto las complicaciones pueden ocasionar la muerte de la madre o el niño o ambos.
d. Se opera solo el tumor, pero durante el curso del embarazo por el crecimiento del utero, se rompe y muere la madre, el niño o ambos.
e. Se opera sólo el tumor, el niño nace y no hay complicaciones.

Si asumimos que es 0.5 la probabilidad de complicaciones si se opera sólo el tumor con la intención de salvar la criatura, y lo mismo de llegar a término la gestación un 0.5 de probabilidad en el parto, que suceda también una complicación en la segunda ocasión es 0.25, por tanto el riesgo total de tomar dicha decisión es 0.75 (sumando ambos eventos por ser independientes)  lo que quiere decir que la probabilidad total de que suceda una complicación fatal es 3 de 4 posibilidades .

En otras palabras, el riesgo de complicaciones o muerte si solo decide operarse el tumor es altísimo comparado con sacar el útero, perdiendo al niño, y sin objeción ética alguna, porque la moral cristiana afirma que si hay necesidad de salvar la vida de la madre, y no hay otra opción excepto operar inmediatamente, no comete falta alguna si pierde el niño en formación por la salud de la madre. Catecismo manda.

Entonces, ¿Ud. que hubiera hecho? ¿Salvar la vida de la madre por sus tres hijos pequeños o arriesgarla a una cirugía y de sobrevivir exponerse a las complicaciones de un parto difícil si llega a término? Ya adivinaron  lo que escogió Gianna. Salvar por todos los medios a la criatura aun si ella perdiese la vida. Recuerden que en ese tiempo no habia ginecologos en cualquier lugar, y las distancias eran largas, y no iba a estar los 7 meses restantes de la cirugía en el hospital, ella, de hecho vivia en un pueblo alejado de la ciudad y sus hospitales.

Entonces, ¿fue fácil la decisión de Gianna? ¿Uds. lo harían? ¿O preferirían salvar a la madre operándola inmediatamente? Igual Dios le había dado tres hijos, y ese encaprichamiento por que nazca el cuarto hijo, ¿no es racional, no es así? Encima, a ver si nace, porque fácil moría antes o en el parto.

Llegado a este punto, puedo argumentar lo siguiente, el valor y el misterio de una vida sólo lo pueden entender aquellos que así lo deseen, y lo quieran. No se puede valorar lo que no se quiera de una u otra forma. Si uno aprecia la vida que tiene y la que está en formación, jamás pensaría en abortar, en el caso de Gianna Beretta, prefirió incluso dejar de su lado su vida misma, por esa vida que empezaba, encomendándose su destino a Dios, y a sus hijos pequeños.

El aborto es una medida cruel para solucionar el desafio de una nueva vida, prevenir no es disociar el amor del sexo, sino darse cuenta que si la naturaleza así lo diseñó es por algo, y no tenemos derecho a jugar con nuestra sexualidad sin hacernos responsables de las consecuencias. Esto en la mayoría de los casos, de mujeres que mal aconsejadas destruyen una vida en formación, con todas sus posibilidades. Pues ese niño no sabemos cual hubiera sido su destino, tal vez iba a transformar para bien la naturaleza, no tenemos derecho a segarlo sólo por nuestra comodidad. No es muy distinto cuando hay casos más raros de violencia o abuso, la sociedad debe castigar y perseguir al agresor, no al agredido, ya de por sí ese futuro niño ha perdido a un padre, pero si creemos en Dios, no podemos decir que no tiene futuro. Un futuro lo espera, hemos de ayudar como podamos cada uno en su lugar y realidad. No matarlo porque es pobre, ni porque a nuestro criterio está condenado a sufrir para el resto de la vida. Se sorprendería la cantidad de madres solteras que hay y de hijos que salen adelante como profesionales llegando incluso a veces a no casarse por prodigar afecto a su madre que los crió con sacrificio y la ayuda de Dios, no lo duden.

El misterio de la vida, nos sobrepasa. ¿Porqué nace un niño?¿Para qué?¿Cuál es su destino?¿Y sus derechos? Gianna Beretta, lo entendió desde su fe, ¿cómo entender el valor de una vida humana sin fe? Se pierde en maquinaciones y razonamientos humanos, y olvidamos que aún en la oscuridad y la desesperación, un angelito podría arrebatarnos una sonrisa.

PD. El libro de Santa Gianna Beretta se llama EL AMOR MAS GRANDE, y está a la venta en Librerías Paulinas, para el que quiera.


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