PACIENTE TERMINAL PARA DUMMIES

¿Qué es un paciente terminal? ¿Un paciente que no tiene derecho a ser atendido? ¿o un paciente que fue atendido prolijamente a quien sin embargo, ya no se le debe dar más atención que la de soporte? quién toma la decisión de clasificar a un paciente como terminal? ¿El clínico, el oncólogo, el geriatra, una junta médica, la sociedad, o el abogado?

Estas preguntas no tienen una respuesta rápida, menos en una sociedad que no se pone de acuerdo en nada, presa del subjetivismo y el maquiavelismo, donde una cosa es importante siempre que rinda algún fruto pecunario temporal, y pierde su valor cuando termina de saciarse cual sanguijuela de su presa sin matarla, para poder seguir succionando. Por eso, cada quien saca cuerpo de la responsabilidad de dar la noticia a una familia nervioso, y no hay el equipo adecuado: -Sra. su paciente no tiene curación médica, no con la ciencia actual. Y para fines prácticos, no la tendrá en adelante pues salvo un ensayo clínico milagroso, un cáncer avanzado no operable, es como la crónica de una muerte anunciada.

La atención de los pacientes que atraviesan por una enfermedad terminal requiere del establecimiento en su entorno de cuidados paliativos y calidad de vida. Los cuidados paliativos son los cuidados totales, activos y continuados del paciente terminal y su familia por un equipo multidisciplinario de profesionales, cuando la expectativa médica no es la curación. Calidad de vida se refiere al ámbito que permite el desarrollo de todas las aspiraciones racionales de una persona. Integra lo espiritual, religioso, psicológico, cultural, afectivo, social, económico, laboral y físico 

La ética al final de la vida, estudia los principios y consideraciones en el abordaje médico de estos pacientes. Se distinguen tres actitudes médicas en el tratamiento de un paciente con enfermedad terminal: La eutanasia, que sugiere anticipar la muerte para aliviar el Sufrimiento, la distanasia, que mediante la intervención terapéutica prolonga el sufrimiento en su afán de conservar la vida biológica en un paciente terminal y la ortotanasia o muerte digna, que considera el soporte vital con el uso de medios proporcionados u ordinarios (lo aplicado como tratamiento es proporcional a lo obtenido Como resultado), el alivio del dolor, la compañía familiar y el cuidado espiritual.

Sin embargo, el tema también por pasa en cómo decirle a la familia, y que es lo que debe decirse. ¿Qué es lo que la familia espera que le digan que le de una idea clara de lo que queremos decir? De mi corta experiencia, noto que la familia espera una respuesta cualitativa clara y alejada de manerismos. ¿Tiene o no tiene cura mi paciente? ¿Hay alguna esperanza de que recupere su estado basal previo? A la primera pregunta, se debe responder con claridad, siendo los oncólogos los primeros en huir de la discusión, ¿darle tratamiento a un cáncer avanzado es curativo? No, por supuesto, entonces qué les cuesta decir de manera explícita: las medidas son sólo paliativas, y registrarlos en la historia clinica. -El cuadro clínico y patológico actual no tiene cura médica, sólo mejoraremos su pronóstico en 6 meses más con este tratamiento. No suena un poco malazo que hagamos endeudar a la familia para prolongar la agonía por 6 meses. No es acaso MANDATORIO explicarle con claridad al paciente lo que sucede y dejar que el decida si recibirá o no tratamiento con quimioterapia o radioterapia, o incluso cirugía? La oscuridad de la información prolonga el sufrimiento y el gasto de una familia con escasos recursos, siendo las nercesidades ilimitadas, y los recursos disponibles finitos. ¿Qué necesidad hay de encarnizarse terapéuticamente con un ser humano? Pero también sucede que la familia sigue en negación, si, eso también puede ocurrir.

Esto mismo pasa en todas las especialidades, yo advierto que a veces el medico que conoce años a una familia, o quien sabe y aquí vale la sinceridad, puede pagar un poco más, o y aquí hay otra razón más profunda, pueda ser que el médico inconscientemente se sienta o impotente ante la enfermedad y se empeñe insanamente en hacer algo con el juicio obnubilado ante su propia realidad, o crea por su formación biologista deformada que está haciendo un bien, cuando en realidad sólo actúa egoístamente sin tomar en cuenta lo que dice el paciente ni respetar la decisión informada de la familia y el paciente al cual tiene derecho, y no es infrecuente ver familiares quejumbrosos de que nadie le dé con claridad un diagnóstico, ni se sienten partícipes de los procedimientos que se les hacen a sus pacientes, con todos los problemas médico legales potenciales, sólo por no informar respondiendo las preguntas antes mencionadas: ¿Tiene curación médica? ¿Cuál es su pronóstico y su estado actual? Otro día escribiré sobre este último punto, por ahora solo lanzo la pregunta suelta, y espero que estas reflexiones ayuden a sensibilizar a los médicos y la sociedad, sobre este tema. Un estudio publicado en el 2002 revela que 52% de los residentes practicaría la distanasia, continuando con todas las medidas instaladas, proporcionadas y desproporcionadas hasta el deceso; mientras que el 46% restante decidiría suspenderlas y favorecer el cuidado espiritual y el alivio del dolor, la llamada ortotanasia. Ha llegado el momento de someter a discusión este tema tan álgido a todo nivel. Que nadie más muera sin saber porqué ni sea informado con la Verdad ante todo.

Novóa M. Cuidados paliativos y Bioética. Dilemas éticos en la práctica. clínica. Cuadernos de Bioética 1988, 9: 304-321. M. Tsuchida-FM. Bandrés-S Actitudes de los médicos residentes sobre la enfermedad terminal, los cuidados al final de la vida.  Rev. Per. Soc. Med. Intern. 2002  15(4)


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