PATOLOGIA DE LA DESESPERANZA DE LA SOCIEDAD MODERNA

Es curioso observar la conducta de la gente y sobretodo entender su pensamiento, no es que sea mi intenciòn juzgar a nadie, pero tampoco podemos negar que la gente cada vez màs vive sin ESPERANZA, y actuan como máquinas productoras de dinero y rentas, pagadores de impuestos, y de colegios caros, y de supermercados, pero muy pobres en dedicar tiempo para lo ùnicamente relevante: si tienen hijos, sus hijos, y si no lo tienen, su propio espìritu. Con lo cual no quiere decir que un padre de familia no tenga necesidad de cultivar su espíritu, simplemente,  el amor que dispone es volcado hacia los hijos como expresiòn de una vocación inmersa en el génetica espiritual o conciencia de cada ser humano, la paternidad. Pero, seamos honestos, el ambiente es de una desesperanza, de una apatìa en las posibilidades del hombre, medianamente balanceado con los avances en la tecnología y la medicina que asombran a cualquiera, y la cada vez mayor capacidad adquisitibva de tecnología que nuestros hermanos mayores, ya qni que decir padres, soñaban antes. Ahora todo se reduce a un click con el ratón, o un control remoto de DVR, o 90 segundos en el microondas para calentar un plato de comida. 

No en balde, además de un envejecimiento físico y mental en toda la población producto de los cambios sociales y epidemiològicos que suceden globalmente, también asistimos a una sociedad caracterizada por ciertos rasgos que podrian resumirse en:

1. El afán de ganar dinero para comprar cosas, endeudarse, pagar, trabajar para ganar dinero, endeudarse, pagar, etc.
2. El embotamiento mental con las propagandas televisivas principalmente.
3. La esclavitud del trabajo(s)de cada día.
4. El cansancio crónico
5. El reducido tiempo para criar a los hijos, delegandose tamaña responsabilidad a la abuela o la empleada.
6. La ley del mínimo esfuerzo
7. La poca creatividad y el conformismo 
8. La desesperanza en todos sus niveles.

Sin esperanza la vida humana es triste, se reduce a cumplir sus funciones biològicas y mirar con tristeza como la vida va pasando delante de nuestros ojos, equivocadamente buscando experiencias cada vez más adrenérgicas, pero como diria la princesa Leia a Darth Vader, mientras mas cerramos el puño tratando de ganar nuestra vida, más vida se nos escapa de las manos.

Tener esperanza es una cualidad que se obtiene fruto de la reflexión, pues sólo de la reflexión nace el conocimiento de uno, y luego la posibilidad de que definitivamente si nosotros contribuimos con lo poco que somos y tenemos, estamos sembrando esperanza en el hombre. En cambio, si no somos capaces de apreciar los pequeños detalles, no somos capaces de disfrutar cada respiración, de sonreir ante la inocencia de los niños, de disfrutar de un videojuego, de agradecer antes de alimentarse, es muy dificil que germine la semilla de la esperanza en el corazón de cada hombre.

Y nuestra sociedad, a fuerza de superficialidad, de cinismo, de egoísmo, y todos los "ismos", así como un afán de ridiculizar toda esperanza, o reducirla a aspectos punitivos y atemorizantes de la religión, ha convertido a los seres humanos en muertos vivientes, que bien podrían terminar con un epitafio en su tumba que diga: "Aquí yace un tonto que vino al mundo y se fue sin nunca saber porqué".

Y así se desperidicia la única oportunidad biológica que es la vida terrestre de un ser humano tome conciencia de su rol como transformador de su vida, de su familia, de su trabajo y también de la construcción de un espíritu fuerte, decidido, no pusilánime ni autocompasivo, sino un espíritu que sólo se ha visto en historias de grandes héroes griegos y romanos, de grandes hombres que lucharon por ser mejores, por aportar a su entorno desde la ciencia, arte, religión y política. Sin esperanza, sin una fe razonada en sí mismo primero y luego adentrarse en las profundidades espirituales de lo incomprensible para el ser humano como es Dios, y de la condición privilegiada de ser humano capaz de entablar una relación directa con su Creador, el hombre es una marioneta dispuesta a arrodillarse ante el dinero, el placer, o el poder. Porque el  hombre siendo criatura siempre se va a arrodillar, sólo miren las noticias. Conocerse a sí mismo puede ayudarnos a salir de la desesperanza a la que vivimos acostumbrados, si nosotros podemos cambiar, ¿porque la humanidad no?

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