LA CIENCIA, MEDICINA Y EL FANTASMA DE LA MUERTE

La ciencia como todo esfuerzo humano por superar sus limitaciones naturales y transformar su realidad, esta sujeta a los vaivenes de las pasiones humanas, pues siendo producto de una cultura, se expresa en personas concretas de modo que podemos afirmar que no existe la ciencia, sino existen los científicos y toda la maquinaria que los financia, soporta, los estimula, premia y promociona, solamente que estos financiadores que pueden orientar su inversión en productos comerciales, y he ahí la capacidad del científico de separar la paja del trigo, y encontrar un equilibrio en su legítimo derecho al progreso material basado en su capacitación extraordinaria, y los intereses de sus patrocinadores.

Por ello a nivel mundial, la mayoría de investigaciones en medicina tienen financiamiento externo, y por eso en todo artículo que sale publicado develando las bondades terapéuticas de una nueva medicina, existe un acápite final donde se menciona los conflictos de interés, es decir, si el investigador es financiado por alguna empresa farmacéutica particularmente interesada en demostrar la superioridad o no inferioridad de su producto.

Cuando uno empieza a analizar la teleología de la medicina moderna, vemos que se simplifica en dos términos "prevenir" y "curar", ambos sujetos de estudios de investigaciòn por la ciencia:

Prevenir, es tratar de evitar la aparición de una enfermedad. ¿es esto posible? si una enfermedad es genética, es decir uno nace con ella, entonces no es posible prevenir, sino retrasar la aparición de la enfermedad y controlar sus complicaciones para reducirlas al máximo. Si una enfermedad dependiera enteramente de la voluntad del hombre, entonces si se podría mediante acciones voluntarias evitar una enfermedad, el ejemplo más claro son los accidentes de auto y laborales, en el sentido que si usamos todas las medidas de seguridad de manera consciente , podemos evitar una desgracia, también podemos evitar el tabaquismo, evitar conductas sexuales de riesgo, evitar la tuberculosis usando una mascarilla N95 en un ambiente. El paradigma médico de prevenir lo constituye las vacunas, las cuales han demostrado reducir la incidencia de la enfermedad de forma contundente. Salvo esta excepciòn producto de la investigaciòn, las demas recomendaciones médicas no cuestan más que la propia voluntad de no ser negligente con uno mismo. A pesar de ello considero que en las enfermedades crónicas, sólo retrasamos la enfermedad, lo cual es un término más justo que ilusamente creer que no vamos a padecerla.

Curar, es eliminar la dolencia o enfermedad, en otras palabras, primero te enfermas y luego el médico te cura. La medicina ha demostrado su particular eficacia en salvar vidas humanas en dos aspectos: la cirugía y los antibióticos. Dos grandes guerras mundiales han mejorado las técnicas quirúrgicas, así como desde el uso de la estreptomicina y la penicilina, infecciones potencialmente mortales han podido controlarse y gran parte de veces erradicarse, como en las neumonías, pielonefritis, y celulitis. El resto de enfermedades genéticas y multifactoriales hasta el momento no pueden curarse. ¿Y uds creen que algún día podremos curar todas las enfermedades? Porque la enfermedad està enraizada desde el momento de la concepciòn, ya nuestros genes empiezan a expresar una cascada inexpugnable de eventos que como el efecto mariposa se expresaràn màs tarde en lo que conocemos como enfermedad.

Esta ultima pregunta demuestra un hecho relevante del cual no todos somos conscientes, nuestro miedo natural a la muerte. En verdad, la medicina moderna y la ciencia ofrecen la posibilidad de que algún día podamos tener vacunas para todas las infecciones, tener plásmidos híbridos con virus que puedan curar deficiencias o excesos genéticos apenas concebido el ser humano, medicamentos que rozan con milagros farmacéuticos que controlen tan efectivamente la diabetes y la hipertensión que se consideren curados, o tratamientos oncológicos que alcancen una remisión superior al 95% o estadísticamente hablando ya de curación del cáncer, etc. En el fondo nos dicen que algún día el hombre podrá ser biológicamente inmortal. Todo lo cual nos lleva a la pregunta: ¿tiene sentido la esperanza en la inmortalidad lograda artificialmente por la ciencia del hombre? ¿a qué precio? ¿es la existencia biológica un fin en sí mismo? ¿o es la vida una oportunidad para hacer el bien cuyo ciclo se debe a una desobediencia divina, y que por tanto debemos resignarnos a ello? ¿aceptamos que algún día todos hemos de morir? 

Siendo conscientes de nuestra propia limitación biológica podemos tener dos actitudes, o renegar del destino inexorable, o aceptarlo con benevolencia. Podemos buscar una Verdad y encontrarla, o resignarnos a pelearnos toda nuestra vida con los médicos, las medicinas y las enfermedades. Siendo algo no deseado por nuestro sentido común, la enfermedad ocupa el primer lugar en nuestra fantasía de inmortalidad lograda por la ciencia. Y ahora la pregunta final: ¿quién puede vivir pensando en la enfermedad? Si la vida humana es un medio, un perìodo para hacer algo, entonces habria que darle mayor significado, que nuestra vida valga más que solo mantener las funciones vitales. Pues ¿para què es la vida? ¿para enfermarse o morir, para prevenir enfermedades? o es para hacerla lo más plena y significativa posible, promocionando su salud pues tiene un objetivo mucho más alto que sólo vivir, el cual cada uno ha de encontrar. En otras palabras vivir con abundancia.

Que la ciencia no nos engañe, pues no puede respondernos lo más importante de la vida, el sentido de la misma, y si la medicina moderna lograra la polipildora mágica que prevenga las enfermedades, todavìa habrían suicidos, tristeza y hambre en el mundo soberbio que se atemoriza y se aleja de la búsqueda de la reflexión y de la Verdad de su origen.

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